Por Emma Rodríguez © 2016 / Leí Las pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg hace tiempo y es un libro al que vuelvo una y otra vez, una de esas obras que contiene enseñanzas esenciales que solemos olvidar y cuya recuperación nos procura un hondo consuelo. Se trata de un compendio de textos de diferente factura, fragmentos de la memoria que dan idea de los recuerdos, intereses, preocupaciones y obsesiones de la autora italiana (Palermo, 1916-Roma, 1991). Se trata de una ventana abierta por la que mirar a los interiores de Ginzburg…
Categoría: Nº33 / Mayo 2016
LS #33
Los paisajes interiores de José Carlos Llop
Por Emma Rodríguez © 2016 / Hay escritores capaces de crear atmósferas envolventes, tan inolvidables que podemos evocarlas en cualquier momento, al reconocer un olor, un sonido, una niebla, un estado del cielo, una tonalidad del mar, una calle sinuosa, un rincón solitario… Hay escritores que construyen ciudades imaginarias más poderosas que las reales, ciudades que brotan de lo reconocible hasta tornarse íntimas, absolutamente secretas…
Nuria Labari: “Lorrie Moore es para mí una debilidad”
Por Emma Rodríguez © 2016 / Los borrachos de mi vida, un libro de relatos protagonizado por adolescentes que viven conflictivas relaciones familiares, fue su estreno literario y ya demostró estar en posesión de una voz refrescante, de una manera de narrar libre de prejuicios…
Con Louise Bourgeois en sus guaridas
Por Florinda Salinas © 2016 / El sol centellea sobre las escamas gigantes del Guggenheim. Al borde de la ría los veraneantes cool del norte se aglomeran junto al alegre turista de chancleta, el hipster con abanico y las niponas que huyen del sol. Todos enfilan la sala umbría donde las Celdas de Louise Bourgeois ejercen su inmanentismo atroz. También yo entro en la oscura sala en busca de las Celdas, y cuando lo hago recuerdo la frase de Kafka en Carta mi padre: “Una jaula fue en busca de un pájaro”…
Los cielos de porcelana de Edmund De Waal
Por Emma Rodríguez © 2016 / Un amigo me habló de El oro blanco (Historia de una obsesión), de Edmund de Waal, y pronto, por curiosidad, me encontré sumergida en las páginas de esta obra tan especial que se articula como un camino, como un viaje lleno de descubrimientos, como un juego. No hace falta que seamos coleccionistas de porcelana, no hace falta que nos interese especialmente, para apreciar la aventura que propone su autor…