Por Emma Rodríguez © 2018 / “Ahora me veo como una creación de Francisco Ayala”, confesaba Carolyn Richmond en 2010, al cumplirse un año de la muerte del escritor, con quien compartió la etapa final de una vida plena y prolongada, más de treinta años de compenetración que Ayala describió en Lloraste en el Generalife, una de las piezas que componen El jardín de las delicias, estampa bellísima, breve relato de un emotivo día de visita a la Alhambra. “Apenas si hablábamos; nada había que decir: nos bastaba sabernos unidos y en paz”, dejó escrito…
