Por Emma Rodríguez © 2016 / Victoria Ocampo habla de la “familia espiritual”, de esos autores de la literatura, del pensamiento, con los que dialogamos profundamente, de los que nos sentimos cómplices, afines. Yo quiero empezar este artículo declarando que en estos momentos, después de un mes en su compañía, puedo afirmar que Victoria Ocampo forma parte de mi familia espiritual, porque en muchas de sus palabras, de sus vaivenes emocionales, de sus anhelos, me reconozco, y porque sus reflexiones, sus búsquedas, sus contradicciones, al llegar a mis manos tanto tiempo después de que ella las pusiera por escrito, me ayudan…
