La Baronesa de Wilson, el rescate de una vida de leyenda

Retrato de Emilia Serrano García en 1854 /

Jean-Pierre Castellani © 2023 /

Emilia Serrano García,  autodenominada Baronesa de Wilson, fue una escritora, periodista y gran viajera muy famosa en su tiempo (el siglo XIX), tanto en España como fuera del país. La biografía de esta gran mujer, pionera y vanguardista, olvidada en el transcurrir del tiempo, su vida tan intensa, ha sido investigada por Pura Fernández, historiadora, doctora en Filología Hispánica y profesora en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, quien ha publicado recientemente en la editorial Taurus el fruto de su trabajo, un exhaustivo ensayo de más de 700 páginas titulado 365 Relojes. La Baronesa de Wilson.

Fernández, conocida en el mundo académico con numerosos proyectos de investigación sobre la historia cultural de la literatura, de la edición y de la lectura, autora de obras como Mujer pública y vida privada (2008), nos ofrece el regalo de la andadura de esta mujer singular. El recorrido resulta ameno, pero no está reñido con la seriedad y un destacable rigor científico. La obra, que arranca con una sobria introducción, contiene 297 páginas de notas eruditas, una bibliografía completa, una lista con los archivos consultados y las principales fuentes hemerográficas. La propia biógrafa lo ha llegado a considerar como una segunda tesis. Un álbum de ilustraciones, con sus créditos, completa con imágenes la entrega, reproduciendo semblanzas de personas conocidas por la Baronesa, espacios de geografías y urbes por donde pasó a lo largo de su vida, dando prueba de la veracidad de los hechos narrados. Un Índice alfabético muy detallado facilita la consulta, según los intereses de cada uno.     

Sería un error desanimarse frente a este aparato científico que puede parecer pesado. Hablamos, en definitiva, de 431 páginas de biografía propiamente dicha y 297 de notas, reunidas al final del libro, lo que no entorpece la lectura del texto, como suele pasar con las notas de pie de página, con los famosos y aburridos op.cit., e ibid., que son la pesadilla de la consulta de las tesis académicas. Pura Fernández, como una investigadora convertida en detective, justifica cada uno de los datos que aporta con una precisión notable, reflejo del enorme trabajo de investigación llevado a cabo. 

Pasa lo mismo con el apartado de los agradecimientos, que son como un cuaderno de pesquisas que acaba siendo un documento ejemplar. Pero, insisto, la elaboración y el cuidado académico, no quitan amenidad al conjunto. El título, con esos enigmáticos 365 Relojes, refleja la voluntad de presentar la biografía adoptando una tonalidad novelesca. Ya mayor, la Baronesa se había vuelto una señora octogenaria que, al pasar por apuros económicos, recurría a su lujosa colección de relojes para pagar el alquiler de su habitación en Barcelona, donde murió arruinada y solitaria en 1923, enterrada en la fosa común del cementerio de esta ciudad. 

UNA BIOGRAFÍA RIGUROSA

Destino dramático el de esta mujer, que merecería una adaptación al cine o, por lo menos, a una serie televisiva, con sus enredos sentimentales, sus mentiras, sus intuiciones comerciales, su modernidad, su libertad, reivindicada hasta el final, a pesar de las dificultades. Según Pura Fernández, la Baronesa de Wilson fue una “mujer extraordinaria, emprendedora, sorprendente, promotora en el mundo periodístico, económico, el de la moda, militante incansable de las relaciones comerciales entre Europa y la América de habla hispana”. En su trayecto resulta llamativa su fascinación por América, destino que, sin duda, también nos fascina a nosotros.

según Pura Fernández, autora de la biografía, la Baronesa de Wilson fue una “mujer extraordinaria, emprendedora, sorprendente, promotora en el mundo periodístico, económico, el de la moda, militante incansable de las relaciones comerciales entre Europa y la América de habla hispana”.

La investigación de Pura Fernández transcurrió durante años por los archivos y las sendas del pasado. Su paso por bibliotecas y museos en busca de fuentes documentales, cartas y bibliografía abundante, se ha concretado en  este libro que es a la vez una biografía rigurosa de la vida de la Baronesa, o mejor dicho de las vidas múltiples de ese personaje extraño, y un viaje por el siglo XIX, a caballo entre Europa y América. Una biografía “coral y relacional”, como la califica la misma historiadora, quien define su labor como “el rastreo de la fabulación genealógica de la Baronesa de Wilson”. Descubrimos a una mujer que inventó su propia historia desde su nacimiento (en Granada, hacia 1834, no está clara la fecha) hasta su muerte. Quizás lo más interesante de este trabajo es la manera en que se construye una contra-biografía frente a las mentiras permanentes de la Baronesa, que levantó una narración de su vida a medida. Emilia Serrano es un auténtico enigma que Pura Fernández ha recuperado y procurado aclarar. Y lo ha logrado, sin duda.

Emilia Serrano de Wilson.

De modo paradójico, al transformar a la Baronesa en un auténtico personaje de novela, de ficción, la autora establece la verdad objetiva de la persona biografiada que es, en definitiva, el objetivo esencial de las buenas biografías tal cual las practicó el austriaco Stefan Zweig con Balzac o Romain Rolland, en su época; el americano Hubert R.Lottman y el francés Olivier Todd con Camus; Jean Lacouture en Francia con De Gaulle; José Benito Fernández con Leopoldo María Panero o Anna Caballé con Carmen Laforet, en España.  

El título de los capítulos no corresponden con la terminología acostumbrada en las biografías: Una segunda vida (1823-1859), El Nuevo Mundo de la Baronesa de Wilson (1859-1874), Estaba en América (1875-1886) y Haciendo del orbe Patria. Si bien sigue un orden más o menos cronológico, la tonalidad se acerca más a la literatura que a un recorrido objetivo, como sucede también con los subtítulos numerosos de cada uno de esos capítulos que parecen propios de una novela. Citemos, entre otros muchos: El amor que nos hace olvidar de nosotros mismos; Mi corazón vacío, helado; Entre violetas y amapolas; El abismo tiene atracción o la libertad  que presta el disfraz; Bajo las espesas brumas que amontonan los siglos; No fueron nunca de nuestro agrado las almas tibias o la cuestión cubana; Qué mundo de recuerdos y de esperanzas desvanecidas…          

UNA VIDA NÓMADA

La vida de la Baronesa fue una constante errancia, desde su nacimiento y su infancia en España, que resulta ser un gran misterio, hasta la muerte en Barcelona en 1923. Recorrió prácticamente gran parte de Europa, sobre todo París y Londres, y luego toda América, desde Canadá hasta la Patagonia. Pura Fernández confiesa sus fallos como biógrafa a la hora de explorar las condiciones familiares en Granada, pero es impresionante la cantidad de datos que nos ofrece, muchos inéditos, gracias a su profunda investigación, contando la vida de la Baronesa en base a lo que realmente fue y no a lo que dijo ser. No es fácil reconstruir la existencia de una persona que se inventó una vida  a su manera, que buscó crear una leyenda de su propia existencia.

La vida de la Baronesa fue una constante errancia, desde su nacimiento y su infancia en España, que resulta ser un gran misterio, hasta la muerte en Barcelona en 1923. Recorrió prácticamente gran parte de Europa, sobre todo París y Londres, y luego toda América, desde Canadá hasta la Patagonia.

Nuestra protagonista nació en Granada, probablemente en 1834, aunque en algunos lugares figura 1843. ​Sus padres, que procedían de familias acomodadas de Valladolid, se encontraban allí, porque su progenitor, oficial de la Guardia del rey Fernando VII, había sido enviado al lugar en apoyo de la reina regente María Cristina de Borbón. A los cinco años de edad, la llevaron a París para que se educara en la Ciudad Luz. Allí se formó en un ambiente cosmopolita y privilegiado. En las páginas introductorias de América y sus mujeres, ella recuerda, por ejemplo, a los literatos– hombres célebres como Alfonso de Lamartine, Francisco Martínez de la Rosa y Alejandro Dumas hijo– que frecuentaban la casa familiar en París.

Emilia Serrano de Wilson en primer plano.

De hecho, el primer documento en el que aparece su nombre es un registro de viajeros de 1852, el de un barco que llega a Londres procedente de Francia cuando aún no había cumplido 20 años. Ahí empieza el folletín de su vida, donde adquiere relevancia una aventura sentimental con el poeta José Zorrilla. Se hicieron amantes y tuvieron una hija que murió muy pequeña, en París. Él se inspiró en ella durante un tiempo para escribir sus poemas. Parece que la Baronesa de Wilson fue la Leila del poeta. Está presente en sus versos y en las dedicatorias de algunas obras como La Rosa de Alejandría y la Serenata a Leila.​ Y con él, La Baronesa fue una figura determinante en el París de Eugenia de Montijo, su amiga, también de Granada, que enamoró a Luis Napoleón Bonaparte, y se convirtió en emperatriz.  

JOsé Zorrilla, con quien mantuvo una aventura sentimental, se inspiró en ella durante un tiempo para escribir sus poemas. Parece que la Baronesa de Wilson fue la Leila del poeta. está presente en sus versos y en las dedicatorias de algunas obras como “La Rosa de Alejandría” y “la Serenata a Leila”.​

Efectivamente, se lee como una novela la trayectoria extraordinaria de la Baronesa de Wilson, que debe su nombre a su casamiento temprano, con un barón inglés, del que enviudó muy pronto. De su andadura vital se pueden extraer las claves siguientes:

LAS CLAVES DE LA BARONESA DE WILSON

En primer lugar, fue una gran directora de periódicos, una profesional innovadora que fundó revistas literarias y «femeninas» en París, Madrid y América, dirigidas todas a un lectorado de mujeres. Fue una mezcla de empresaria, dueña de varios medios de comunicación, y de vendedora de productos para el mercado de la mujer. Todo ello indica su intuición de lo que vino a ser en el siglo XX el mercado de la prensa femenina. Anticipó el oficio de “influencer”, como se diría hoy. La más famosa de sus iniciativas mediáticas fue La Caprichosa, creada en 1857 en París, que se presentaba como un “Periódico del Buen Tono. Revista Mensual de Modas. Literatura, Música, Teatro y Artes”, editada para el público femenino hispano de la alta burguesía y aristocracia. Su primera suscriptora fue la Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo (Granada, 1826- Madrid, 1920), consorte de Napoleón III.  

La Baronesa fue una visionaria en el mundo de los negocios. Antes de que en el siglo XXI los medios online abriesen secciones de venta por internet, vendía por correo, en el mercado europeo y americano, a través de sus revistas, los productos más lujosos de París. Intuyó la importancia comercial de la moda y de la higiene. Asociar periodismo y comercio fue una de sus grandes iniciativas. En esa aventura, puso de relieve el problema de la propiedad legal y del nombre de un periódico. Defendió también los derechos de los agentes literarios y de los traductores, siendo ella misma una traductora de Alejandro Dumas al castellano.   

Emilia Serrano de Wilson

Otra de sus señas de identidad fue la pasión por los viajes. La Baronesa fue una gran viajera, muy en especial por los lugares menos conocidos y remotos del continente americano. Su figura sobresalió en el París del Segundo Imperio, que vería la boda entre Eugenia de Montijo y Napoleón III. Viajó por casi todos los países del hemisferio con residencias prolongadas en Argentina, Perú, Ecuador, Cuba y México.

La Baronesa fue una visionaria en el mundo de los negocios. Antes de que en el siglo XXI los medios abriesen secciones de venta por internet, vendía por correo, en el mercado europeo y americano, a través de sus revistas, los productos más lujosos de París.

Nuestra protagonista defendió y practicó un nuevo concepto del viaje, entendido no como una actividad turística frívola o personal sino como un medio para fomentar redes culturales, comerciales, políticas. Fue una pionera en esta actividad. Para ella, la cultura y la publicación de revistas, concebidas  para las lectoras de la América de habla hispana, fue algo esencial. Supo ver y poner en marcha la explotación de los nuevos mercados a partir de redes de poder. Su afán de aventura fue incesante desde joven y se convirtió en la base de sus escritos. Dedicó la mayor parte de su obra a América, a su historia, sus habitantes, sus costumbres, sus pueblos, sus sociedades y territorios. 

Pura Fernández sigue y restituye con precisión ese recorrido siguiendo a la Baronesa en su incansable labor a favor del acercamiento de Europa y de América latina, llegando a asesorar a políticos como el presidente mejicano Porfirio Díaz, proponiéndole nuevos programas de educación para las chicas. Emilia Serrano publicó varios libros de poesía, manuales escolares, guías para viajeros por Europa y un tratado sobre educación de niñas, El almacén de las señoritas, que dedicó a su hija y que fue en su época todo un best-seller.

Esa actitud era a la vez sospechosa y novedosa en su época. Sin embargo, Emilia supo superar todas las dificultades. Novelas, poemas y obras de teatro de la Baronesa ayudaron a activar el sueño americano que animó a algunos intelectuales en Europa, particularmente en el París del fin del siglo XIX. De hecho, tenía planeado escribir una Historia general de América en veinte volúmenes.

Emilia Serrano publicó varios libros de poesía, manuales escolares, guías para viajeros por Europa y un tratado sobre educación de niñas, “EL almacén de las señoritas”, que dedicó a su hija y que fue en su época todo un best-seller.

Por otra parte, la labor de Pura Fernández hace hincapié en algo fundamental para entender la carrera de la Baronesa: su compromiso feminista, un concepto revolucionario para la época. Fue autora del primer estudio de la mujer americana, titulado América y sus mujeres (Barcelona, 1890), entre otras numerosas obras. Es evidente que el concepto contemporáneo de feminismo es anacrónico cuando se analiza la  actitud de la Baronesa durante su vida, pero observamos en ella una voluntad permanente de promocionar a la mujer, de buscarle un nuevo estatuto en la sociedad.     

La historiadora y profesora Pura Fernández.

Al leer la biografía de la Baronesa descubrimos que fue capaz de crear una vasta red de figuras importantes en los campos político, social y cultural. Es imposible nombrar a todos los personajes con los que entabló contacto. Se relacionó con las personas más importantes de la literatura y de la vida política y social de cada país. Y no hay que olvidar el compromiso masónico que sedujo a Emilia Serrano, quien llegó a abrirse camino en Madrid en la sociedad secreta de mujeres “Las Hijas del Sol” (1872/73), a través de la que cultivó con destreza el arte de la red de vínculos. Es notable esa rememoración del papel de la masonería en el mundo americano de la época.

Pura Fernández cita todas las tertulias, nombra y describe todos los hoteles o las residencias de la Baronesa en sus estancias en Lima, Buenos-Aires o México. Gracias al arte de la narración y a la documentación reunida por la investigadora,  acompañamos a la Baronesa en todos sus viajes y en sus múltiples contactos. Es cierto que a veces nos perdemos en tantos detalles, pero vivimos con ella sus aventuras y la vemos como un auténtico personaje de novela.  

Emilia Serrano fue una mujer muy activa a lo largo del siglo XIX. Su visión, como explica su biógrafa, tenía que ver «con una perspectiva transnacional», ya que recorrió de un extremo a otro América y Europa. La baronesa de Wilson era profundamente popular y en sus viajes por América era recibida por las más altas autoridades de los países que atravesaba. 

 ¿Una farsante? ¿una impostora de las letras decimonónicas? ¿una mitómana? en parte sí, pero también una mujer que conquistó «el reconocimiento en España y en los países americanos con su voluntad», como concluye Pura Fernández. Al leer las páginas que le dedica en su magnífico trabajo, modelo de biografía, por su imparcialidad, su rigor, su amenidad y su deseo de acercarse desde la explicación de los hechos a la conducta de la biografiada, agradecemos el rescate y no podemos dejar de pensar en Carmen de Burgos y Seguí (1867-1932), conocida como Colombine, también periodista, escritora, traductora y activista por los derechos de la mujer española, considerada la primera periodista profesional. Una mujer singular olvidada durante mucho tiempo y cuya figura merece también ser reivindicada.    

La biografía 365 relojes La Baronesa de Wilson, de Pura Fernández, ha sido publicada por Taurus, (728 páginas, 2022).

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