Zadie Smith, una mirada al mundo y a sus interiores

Emma Rodríguez © 2021 /

Impresiones, emociones, opiniones, afinidades, recuerdos, lecturas, diálogos… Todo cabe en Con total libertad, un compendio de ensayos diversos de la escritora londinense Zadie Smith, una especie de cajón de sastre donde entran textos encargados por distintas publicaciones y escritos elaborados para actos concretos, observaciones, diálogos y apuntes íntimos que muestran la manera de ver y sentir el mundo de la autora de títulos tan destacados en la reciente narrativa británica como Dientes bancos, Sobre la belleza, NW London o Tiempos de swing. Me reconozco aficionada a este tipo de libros que me acercan al pensamiento de escritores a los que he leído con interés, que, a través de sus obras, me han proporcionado momentos de revelación, de disfrute, de reflexión.

Al utilizar la palabra libertad Smith se refiere a su falta de prejuicios a la hora de abordar acontecimientos del presente, de analizar fenómenos de actualidad y comentar las creaciones ajenas. Se refiere a su mirada personal, no de especialista, a su visión de ciudadana despierta, atenta. Una ciudadana más que puede ser rebatida, pero que no duda en aplicar su criterio propio a los aconteceres que le toca vivir, a la sociedad y a la cultura de su tiempo.

Al utilizar la palabra libertad, los lectores apreciamos el desgaste de un término cada vez más manoseado y cada vez más difícil de identificar en el entorno de la confusión y las mentiras. En medio de tantas contradicciones e incoherencias, en los terrenos inciertos y cambiantes del hoy, somos conscientes de la importancia de recuperar el sentido de las palabras, de seguir entendiendo que la libertad exige responsabilidad y compromiso a la hora de ejercerla; porque no todo vale, porque el ejercicio de la condena, de la crítica, debe llevarse a cabo con un mínimo de dignidad, tolerando a los diferentes, respetando los derechos de los otros. 

Cuando escribió todos estos artículos, la autora no era consciente de muchos de los males que aguardaban al mundo. Ya había tenido lugar el referéndum del Brexit en el Reino Unido y acababa de llegar Trump al poder en Estados Unidos, con todo lo que supuso su figura y sus políticas a nivel global. Aún no se había impuesto el caos de la desinformación a través de bulos y teorías conspiratorias cada vez más locas. Aún estaba lejos una pandemia de consecuencias demoledoras… Muchas de las piezas que componen el libro, escritas, como se indica en el prólogo en Inglaterra y Estados Unidos en los ocho años de presidencia de Barack Obama, se refieren a hechos que han quedado atrás. “Son el producto de un mundo que ya pertenece al pasado”, señala la autora. Es cierto. La velocidad del tiempo que vivimos hace que prácticamente todo quede desfasado demasiado pronto, pero, precisamente eso, en mi opinión, dota de valor a este tipo de obras que ofrecen perspectiva, distancia, que fijan visiones, que actúan como reflejo del camino de lo vivido. Zadie Smith habla desde sí misma, desde sus percepciones y afectos, pero en sus gustos, en sus diálogos, en sus meditaciones, asoma el pulso de la colectividad. 

Y, pese a lo dicho, no son pocos los asuntos tratados que, a día de hoy, siguen encendiendo el debate: el efecto de las redes sociales sobre la convivencia, el proceso de gentrificación, las desigualdades, el cambio climático. En medio del desconcierto que ofrece la actualidad, la necesidad de parar para encontrar sentidos, respuestas, asideros. En un momento en el que pensar parece no estar de moda, en el que asistimos al espectáculo de la frivolidad que derrochan determinadas celebridades y políticos, un libro así se agradece porque reivindica el pensamiento crítico, original, no adocenado, la reflexión sobre los aconteceres, el cuestionamiento de nuestra propia manera de estar, de interpretar el devenir histórico.

La política, la cultura, la cotidianidad, entran en este recorrido que es a la vez una mirada hacia las afueras y también hacia los adentros, pues nuestra protagonista nos regala valiosas escenas de intimidad. La escritora nos habla de su entorno, de las ciudades que habita, pero también nos ofrece interesantísimas claves sobre sí misma, sobre su formación, sus referencias, sus orígenes…

En un momento en el que pensar PARECE no estar de moda, en el que asistimos al espectáculo de la frivolidad que derrochan determinadas celebridades y políticos, ESTE Libro DE ZAdie SMITH se agradece porque reivindica el pensamiento crítico.

En todo ello encontramos el germen de una obra que no evita los conflictos, que retrata un multiculturalismo ahora tan atacado. Los problemas de identidad que genera la convivencia de culturas y creencias diferentes está muy presente en las novelas de Zadie Smith y aparece una y otra vez en sus ensayos; del mismo modo que el desmantelamiento de lo público, del Estado del Bienestar, y el creciente desasosiego de sociedades cada vez más faltas de valores, de referentes. En el ensayo Blues de NW London, que abre el volumen, la escritora visita a su madre en el barrio de Willesden Green, en el municipio londinense de Brent, y es testigo de los cambios acaecidos en el lugar. Una librería independiente, crucial para el vecindario, que ocupaba un local alquilado al ayuntamiento, junto a un centro cultural y una biblioteca, va a ser demolida para construir pisos de lujo. Ante ello, desde la perplejidad y reconociendo su ingenuidad a la hora de entender los nuevos rumbos de la política, la escritora condena los tratos de favor del gobierno laborista a los promotores urbanísticos; reflexiona sobre el papel de un Estado que arrebata a su ciudadanía la cultura, que no protege los espacios públicos ni cuida el medio ambiente como debiera.

Este texto del que os hablo está incluido en la sección En el mundo, título ya de por sí significativo. Zadie Smith se pronuncia sobre cuestiones que le afectan especialmente; sobre temas de actualidad que reclaman su atención; sobre direcciones de futuro que alertan de la necesidad de transformar las mentalidades. En Elegía por las estaciones de un país escribe sobre los cambios en el clima de Inglaterra y a nivel global, sobre la resignación y el argumento de que ya es demasiado tarde para parar el desastre y hay que trabajar con lo que se tiene, intentando contener las consecuencias. 

Todas las fotografías, facilitadas por la editorial Salamandra, fueron tomadas en Barcelona.

Smith se sitúa en el mañana y escribe imaginando una posible conversación con una descendiente imaginada: “Sin duda, eso le parecerá muy sospechoso a mi nieta de siete años. No espero que me perdone, pero quizá le sea útil echar un vistazo a la mentalidad de la época, aunque sólo sea con el fin de comprender lo ocurrido. ¿Qué voy a decirle? Sus profesores ya le habrán explicado que el problema del clima, en 2014, era una verdad inoportuna tanto en el plano económico como en el político (…) Un movimiento popular global podría haber obligado a que la cuestión se considerara políticamente prioritaria a toda costa, y ella querrá saber por qué ese movimiento tardó tanto en materializarse. Quizá le diga: “Mira, debes tener en cuenta que acabábamos de atravesar un siglo de relativismo y deconstrucción en el que se nos informó de que nuestros más preciados principios eran inciertos, o simples ilusiones, y a estas alturas, en muchos aspectos de nuestra vida, ya se nos había pedido que aceptáramos que nada es esencial y todo cambia… lo que, en cierto modo, nos había quitado las ganas de luchar”.

En otro de los textos, Vallas: un diario del Brexit, analiza el resultado del referéndum a favor de la separación de Gran Bretaña del resto de Europa y da cuenta de su enorme consternación y de la de su entorno. Ni siquiera la interpretación de la izquierda más optimista de que fue “una reacción violenta, más o menos meditada, a la austeridad y al colapso económico neoliberal que la precedió, puede negar el despreocupado racismo que tanto la campaña como la propia votación parecen haber desatado”, argumenta.

No deja de ser crítica la autora con el “ensimismamiento londrescéntrico”, que impidió vislumbrar lo que podía suceder. “Hemos estado viviendo tras un velo, incapaces de ver en qué se ha convertido nuestro país”, expone. Y más adelante señala: “La dolorosa verdad es que en Londres se están levantando vallas por todas partes: alrededor de los recintos escolares, alrededor de los vecindarios, alrededor de las vidas. Una consecuencia útil del Brexit es que revela por fin y sin ambages una honda fractura en la sociedad británica que lleva treinta años gestándose. Las brechas entre norte y sur, entre clases sociales, entre londinenses y no londinenses, entre londinenses ricos y pobres  y entre blancos, mulatos y negros son reales, y todos debemos hacerles frente, no sólo los que votaron por dejar la Unión Europea”.

“Una consecuencia útil del Brexit es que revela por fin y sin ambages una honda fractura en la sociedad británica que lleva treinta años gestándose. Las brechas entre norte y sur, entre clases sociales, entre londinenses y no londinenses…”

El último artículo del bloque temático que os estoy comentando, En el mundo, lleva por título Sobre el optimismo y la desesperanza y fue una charla que pronunció la escritora en Berlín al recibir el Premio Welt en 2016. En él reproduce preguntas a las que se ve obligada a responder frecuentemente y que aluden al fracaso del multiculturalismo, pilar básico de su literatura. Tras reconocer que los años no pasan en balde, y que las circunstancias sociales influyen en lo que se escribe, llegando a llenar de nubes los paisajes más soleados, Smith convierte su discurso en un homenaje a su padre, “perteneciente a la clase blanca trabajadora”, un ejemplo de decencia y tolerancia, de quien dice haber heredado tanto su optimismo como su desesperanza.

Como nació en 1925 y murió en 2006, vio a sus hijos beneficiarse de la civilizada promoción de la educación y la sanidad públicas que se emprendió en la posguerra, y sentía que tenía muchos motivos para estar agradecido. Ese es el mundo que conocí. Las cosas han cambiado, pero los cambios no borran la historia, y el ejemplo del pasado sigue abriéndonos posibilidades y planteándonos tareas como la de volver a conseguir, para una nueva generación, las condiciones de las que nosotros mismos nos beneficiamos (…) La gente que me pregunta por “el fracaso del multiculturalismo” pretende sugerir que no sólo ha fracasado una ideología política, sino que los propios seres humanos han cambiado y ahora son en esencia incapaces de convivir en paz respetando las diferencias”.

El padre de Zadie Smith vuelve a ser protagonista de uno de mis textos favoritos, Amor a los jardines, correspondiente a la parte final del libro, la que da título al conjunto, Con total libertad. Os decía que hay piezas personales, de cariz íntimo, y son esas las que más me han cautivado, tal vez porque se acercan a la narración confesional y porque en ellas demuestra la autora su capacidad para contar historias y para atrapar las emociones en su fugacidad. En este caso nos habla de la belleza, la memoria, el duelo y el amor, mientras da cuenta de distintos encuentros con Harvey, su progenitor, en la última etapa de su vida, a través de viajes y visitas a jardines que realizan juntos.

La pasión por la fotografía de Harvey se nombra en esta ocasión y en otra de las narraciones, El cuarto de baño, en la que la autora cuenta la alegría de su madre por contar con un segundo inodoro cuando se mudan de casa, símbolo de que su situación económica ha mejorado. Aquí Smith se refiere a la crisis matrimonial de sus padres, a lo mucho que se sacrificaron por sus hijos y a las alas que les dieron para que desarrollaran sus vocaciones, en su caso la escritura. Aquí se incluye una de las mejores imágenes fotográficas del padre. Una escena en la que se le ve con su primera mujer y su hija. Zadie Smith se atreve a ponerle un título: La familia es un suceso violento, y a propósito escribe: “Creo que todos los hogares en los que convive una familia son lugares emocionalmente violentos, llenos de rabia reprimida, atravesados por profundas desilusiones individuales”.

Desde la más absoluta curiosidad he recorrido este trayecto lleno de sorpresas, reconociendo paisajes, claves, motivos que aparecen en las novelas que tanto me gustan de la escritora. Su estilo, su manera de contar, de construir sus ficciones, aparece en alguno de estos ensayos próximos a la recreación biográfica, en los que habla de su condición de madre, de las ciudades en las que ha vivido. “¿Cuál es el auténtico papel de lo autobiográfico en la ficción?, se pregunta en el texto Yo que no soy yo. “Quizá todas las novelas contienen enterradas  esas “limpias balas” de experiencia vivida: para empezar, quizá sea la razón por la que escribimos, tanto si en ese momento nos damos cuenta como si no”, argumenta, pero dejando claro que no es su intención “imponer recuerdos personales a quienes leen”. 

Para mí, la ficción es una manera de preguntar: “¿Y si las cosas fuesen de otra manera?”, lo que inevitablemente lleva a plantearse otra pregunta: “¿Y si yo fuese otra?” Siempre he considerado que escribir ficciones era más una vía de escape que de exploración personal (…) La literatura, para mí, es precisamente el espacio ambiguo donde las identidades imposibles se hacen posibles tanto para los autores como para los personajes”, sigue exponiendo.

Este texto pertenece al apartado Una estantería, en el que también habla de las motivaciones de fondo que la llevaron a escribir NW London, una obra donde aspiraba a “crear a la gente a partir del lenguaje” y a introducir ideas sobre “la clase social, la desesperación y la ética”. También pone de manifiesto en este texto su admiración por Beckett, su respeto a Joyce y su amor a Virginia Woolf. “Siempre que se me hace duro avanzar , releo sus diarios y siento que me ayudan a seguir adelante”, confiesa.

Todas las fotografías, facilitadas por la editorial Salamandra, fueron tomadas en Barcelona.

En otra de las piezas reconoce Smith su deuda con Hanif Kureishi, especialmente con su obra El buda de los suburbios, que tanto le influyó, y cuenta su desastroso encuentro, un “diálogo de sordos”, con J. G. Ballard. Como os decía al principio de este recorrido, todo cabe en esta entrega abierta que demuestra la original mirada de la autora sobre sus alrededores y da cuenta de sus gustos y adicciones, Hay artículos dedicados al realizador Orson Welles, a la cantante Billie Holiday, al pintor Balthasar Denner… Hay interesantes entrevistas reportajeadas con los cómicos estadounidenses Key & Peele, donde se aborda, entre otros temas, el racismo y el concepto de negritud, y con el rapero Jay-Z, donde se habla de compromiso y “orgullo de barrio”. Hay un acercamiento a Facebook a través de su fundador Mark Zuckerber y un singular análisis del fenómeno de Justin Bieber, por destacar algunas de las realidades que llaman la atención de la escritora. Son muchas las ventanas a las que asomarse en este libro y muchos los diálogos que se pueden abrir.

En “Con total libertad” la autora pone de manifiesto su admiración por Beckett, su respeto a Joyce y su amor A Virginia Woolf. “Siempre que se me hace duro avanzar , releo sus diarios y siento que me ayudan a seguir adelante”, confiesa.

Para terminar citar tres escritos por los que siento especial predilección: Notas sobre la entonación, Encuentra tu playa y Felicidad. El primero trata del descubrimiento, a través de los años, de la cantante Joni Mitchell, un proceso que evolucionó del odio al amor; del no decirle nada a decírselo todo. La autora lo cuenta atravesando distintos episodios de su vida y confiesa: “Éste es el efecto que me produce escuchar a Joni Mitchell hoy: lágrimas incontrolables. Una emoción intensa y desconcertante, alejada de la felicidad pero próxima al gozo, si éste es el reconocimiento de una belleza casi insoportable”.

En el segundo se refiere a la energía que genera una ciudad como Nueva York. En el tercero intenta analizar lo que distingue a la felicidad de la alegría, también a través de diferentes vivencias. “La felicidad no encaja con la cotidianidad. Nadie te cuenta nunca que en la felicidad hay muy poca alegría y, sin embargo, si no la hubiéramos experimentado al menos una vez, ¿cómo viviríamos?”. Zadie Smith se plantea, nos plantea, muchísimas preguntas en este libro, nos anima a escuchar y entablar conversaciones. Os dejo en su compañía.

Con total libertad ha sido publicado por Salamandra. La traducción la ha realizado Eugenia Vázquez Nacarino.

Más sobre la autora en Lecturas Sumergidas: El Londres de Zadie Smith

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