Emma Rodríguez © 2020 / “Y entonces pasó algo. Las imágenes de la pantalla empezaron a temblar. No era una distorsión visual ordinaria, tenía profundidad, formaba patrones abstractos que se disolvían en forma de pulsaciones rítmicas, una serie de unidades elementales que parecían proyectarse hacia delante y retroceder. Rectángulos, triángulos, cuadrados”. Estoy en la página 30 del segundo capítulo de El silencio, la nueva novela de Don DeLillo…
