Por Emma Rodríguez © 2014 / Este artículo parte de un deseo, el deseo de viajar a una ciudad que sólo existe en los libros, en los libros de Patrick Modiano. Una ciudad que se llama París y cuyas calles y localizaciones, incluso los números de las casas que se nombran, tienen un correlato con la realidad, pero a la que no se puede llegar utilizando los mapas convencionales ni tomando los medios de transporte al uso. Ni el tren ni el avión nos llevarán hasta allí. Será necesario dar con esos corredores temporales que se abren en la imaginación en el momento oportuno y que nos permiten arribar a esa urbe de atmósferas difuminadas, de espacios clandestinos, de orillas escurridizas y callejones secretos por los que siempre se acaban perdiendo las huellas de alguien…
