Óscar Hernández Arteaga © 2021 / El adolescente maldito Rimbaud inaugura la poesía moderna con una iluminación. Que el yo del poema es otro o que él es otro cuando escribe o cuando es. La conciencia del escritor/autor moderno de la otredad es un síntoma de la mirada ombliguista del siglo XX. Pizarnik, no escapa a eso. Es una representante del malditismo literario, de la escritura como salto al vacío (que diría Bolaño). Nos queda el gusto de su poesía intensa, hermética, precisa. Con aspiraciones místicas o románticas, alusiones simbólicas, femeninas, sexuales. Pero Pizarnik tiene otras Pizarniks. De ahí su grandeza…
